Historia de la India: civilizaciones

Oct 4, 2023 | Blog de la India | 0 Comentarios

La India es un país con una historia milenaria que se remonta a la civilización del valle del Indo. Este floreció entre el 3300 y el 1300 a.C.  y fue una de las primeras civilizaciones del mundo. Su desarrollo se vio favorecido por la fertilidad de las tierras del río Indo. Somos conscientes de que este post ha salido más largo de lo que debería. Pero la India es un país con una historia muy interesante y diferentes etapas muy bien diferenciadas.

Cada etapa ha dejado un legado artístico, cultural y arquitectónico que merece la pena estudiar, o por lo menos tener en cuenta si vamos a viajar a la India. Así que aquí vamos:

La civilización del valle del Indo

La civilización del Valle del Indo, a menudo llamada la civilización harappa, floreció en el norte de la India. También en partes de Pakistán durante el tercer milenio a.C. Fue una de las civilizaciones más antiguas y avanzadas de su época. Tenían ciudades planificadas que destacaban por sus sistemas de alcantarillado, calles rectas y estructuras de ladrillo de barro cocido. Las principales ciudades de esta civilización incluían Harappa, Mohenjo-Daro, Lothal y Kalibangan, cada una de ellas testigos de una organización urbana avanzada.

Culturalmente, la civilización del Valle del Indo dejó un legado valioso. Aunque su sistema de escritura aún no ha sido completamente descifrado, se han encontrado sellos y tablillas de escritura que sugieren una forma temprana de comunicación escrita. Su arte, que incluía cerámica, esculturas y joyería con diseños intrincados, revela una sociedad con habilidades artísticas y creativas. La economía se basaba en la agricultura, la ganadería y el comercio, lo que refleja su capacidad para gestionar recursos y actividades comerciales.

Sin embargo, la civilización del Valle del Indo experimentó un declive gradual y misterioso. Se han propuesto diversas teorías sobre su desaparición. Algunas son cambios en el curso de los ríos, inundaciones, sequías y conflictos internos o externos. A pesar de su desaparición, su influencia perduró en la India, ya que se convirtió en una parte fundamental de la transición hacia las civilizaciones posteriores, como la civilización védica. La civilización del Valle del Indo sigue siendo un enigma arqueológico intrigante. Son un testimonio duradero del antiguo esplendor de la India.

La era védica

La era védica, que se extendió aproximadamente desde el 1500 a.C. hasta el 600 a.C., fue un período fundamental en la historia de la India antigua. En esta época, los Vedas, una colección de textos sagrados en sánscrito, desempeñaron un papel central. Los Vedas consisten en cuatro principales: Rigveda, Yajurveda, Samaveda y Atharvaveda. Estos textos eran transmitidos oralmente por generaciones y contenían himnos, mantras y rituales que formaban la base de la religión védica.

La religión védica estaba centrada en la adoración de deidades como Agni (el dios del fuego) e Indra (el dios de la lluvia y la guerra). Enfatizaba los sacrificios rituales como una forma de comunicación con los dioses.

Sociedad en la era védica estaba altamente estratificada en un sistema de castas. Los brahmanes, sacerdotes y eruditos religiosos, ocupaban la posición más alta. Seguidos por los kshatriyas (guerreros y gobernantes), los vaishyas (comerciantes y agricultores) y los shudras (trabajadores no especializados). Este sistema de castas influiría en gran medida en la estructura social y económica de la India antigua. Y su influencia perduraría en la sociedad india durante siglos.

El legado de la era védica es innegable. Los Vedas continúan siendo textos sagrados fundamentales para el hinduismo. Esta religión se desarrolló a partir de la religión védica. Además, las enseñanzas filosóficas y espirituales de los Upanishads, que son textos posteriores relacionados con los Vedas, influyeron en la filosofía hindú y en la búsqueda de la verdad y la iluminación. La era védica marcó el inicio de un rico patrimonio literario que ha dejado una huella indeleble.  No solo en la religión, también en la filosofía y la cultura de la India, contribuyendo significativamente a la identidad de la nación hasta la actualidad.

El Imperio Maurya

El Imperio Maurya, que gobernó gran parte del subcontinente indio desde aproximadamente el 322 a.C. hasta el 185 a.C., fue uno de los imperios más notables de la antigua India. Fundado por Chandragupta Maurya, quien derrocó a la dinastía Nanda, el imperio alcanzó su apogeo bajo el reinado de su nieto, Ashoka el Grande. Su expansión territorial fue impresionante, abarcando gran parte del norte de la India, incluyendo las llanuras del Indo-Ganges y partes del noroeste, lo que lo convirtió en uno de los imperios más grandes de su tiempo.

Un aspecto destacado del Imperio Maurya fue la conversión de Ashoka al budismo después de la devastadora guerra de Kalinga. Esta conversión marcó un cambio significativo en la política religiosa del imperio. Ashoka promovió activamente el budismo a través de inscripciones en pilares y rocas conocidas como los «Edictos de Ashoka». Estos edictos abogaban por la no violencia, la tolerancia religiosa y la justicia social, lo que hizo del budismo una religión influyente en la India y más allá.

A pesar de sus logros significativos, el Imperio Maurya experimentó un declive gradual después de la muerte de Ashoka. La fragmentación interna y las invasiones extranjeras debilitaron el imperio, que finalmente se desintegró en dinastías regionales. Aunque su poder se desvaneció, el legado del Imperio Maurya perduró en la historia y la cultura de la India, influyendo en la administración, la religión y la filosofía. Ashoka el Grande en particular dejó una huella duradera en el budismo y su promoción de valores éticos y morales que siguen siendo relevantes hasta el día de hoy.

La era Gupta

La era Gupta, que abarcó desde el 320 hasta el 550 d.C., es conocida como una de las épocas doradas de la India antigua. Su impacto fue significativo en la política, la cultura, la ciencia y la religión. Bajo la dinastía Gupta, la India experimentó una consolidación política y una estabilidad que permitió el florecimiento de la civilización. Chandragupta I, fundador de la dinastía, estableció las bases para un gobierno eficiente y descentralizado.

Con provincias gobernadas por autoridades locales y un sistema de impuestos basado en la producción agrícola. La promoción de la cultura y la tolerancia religiosa fueron aspectos destacados de su administración. Con un fuerte énfasis en el hinduismo, pero también espacio para el budismo y el jainismo.

La era Gupta fue un período de grandes logros culturales y científicos. En literatura, se produjeron obras maestras como el «Kamasutra» de Vatsyayana y las fábulas de Panchatantra. La literatura sánscrita alcanzó nuevos picos con epopeyas como el «Ramayana» de Valmiki y el «Mahabharata» de Vyasa. En el campo de las matemáticas y la ciencia, Aryabhata hizo importantes contribuciones a la astronomía y la trigonometría. Además, el sistema de numeración decimal indio, que incluía el concepto de cero, se convirtió en la base de los sistemas numéricos modernos.

A pesar de su grandeza, la era Gupta también presenció el declive del imperio debido a las invasiones de los hunos blancos y otras amenazas externas. La última fecha generalmente aceptada para la caída del imperio Gupta es el año 550 d.C. Sin embargo, su legado perduró en la India a través de sus contribuciones culturales, científicas y religiosas. Estas influyeron en la identidad y la civilización india a lo largo de la historia. Esta era Gupta sigue siendo un período de gran admiración y respeto en la India y más allá, debido a su significativo impacto en el desarrollo de la civilización india.

La era mogol

La era mogol en la India, que se extendió desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, fue un período de gran importancia histórica y cultural. Esta dinastía, fundada por Babur en 1526. Trajo consigo una serie de conquistas que eventualmente llevaron a la formación de un vasto imperio que abarcaba gran parte del subcontinente indio. Bajo el gobierno de líderes como Akbar el Grande, el imperio mogol alcanzó su apogeo territorial y cultural. Akbar, en particular, es conocido por su política de tolerancia religiosa. Promovía la convivencia pacífica entre hindúes y musulmanes, y por su administración eficiente que estableció las bases para un gobierno sólido.

La era mogol también es célebre por sus contribuciones al arte y la cultura. Arquitectura mogol es un ejemplo destacado, con monumentos icónicos como el Taj Mahal, el Fuerte Rojo y el Fuerte de Agra, que son considerados patrimonio de la humanidad. La pintura mogol, conocida por sus miniaturas detalladas y colores vibrantes, alcanzó su punto culminante durante este período. En literatura, se produjeron obras notables que enriquecieron la cultura india.

Sin embargo, la era mogol también presenció un declive gradual. Esto es debido a factores como las invasiones extranjeras y la colonización británica. El último emperador mogol, Bahadur Shah II, fue deportado por los británicos en 1857. Esto marcó el final formal del imperio mogol. A pesar de su declive político, el legado de la era mogol perduró en la India a través de su influencia en la arquitectura, la cultura y la cocina. Los monumentos mogoles continúan siendo símbolos arquitectónicos emblemáticos. También la gastronomía mogol, con platos como el biryani y el kebab, sigue siendo una parte integral de la cultura culinaria india.

La era mogol dejó una profunda huella en la historia y la identidad de la India. Su legado cultural sigue vivo en la India contemporánea.

La era colonial en la India

La era colonial de la India, que se extiende desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XX. Representa un capítulo crítico en la historia de la India en el que varias potencias europeas, en particular los británicos, ejercieron un dominio sobre la región. Los europeos inicialmente llegaron a la India en busca de rutas comerciales. Establecieron puestos comerciales en diferentes partes del país.

La Compañía Británica de las Indias Orientales, fundada en 1600, desempeñó un papel destacado en la colonización británica de la India. A medida que las potencias europeas consolidaban su presencia, se producían rivalidades y conflictos. Pero finalmente los británicos emergieron como la potencia dominante en la India.

El período de dominio británico en la India fue caracterizado por la explotación económica y la imposición de impuestos que afectaron profundamente a la población local. Los británicos extrajeron recursos naturales y establecieron un sistema de administración que favorecía sus intereses. Esta explotación económica desencadenó una serie de movimientos de resistencia y protesta. Entre ellos la Revuelta de 1857, que marcó un punto crucial en la lucha por la independencia de la India. A lo largo del siglo XX, líderes como Mahatma Gandhi lideraron un movimiento de independencia no violento. Finalmente condujo a la independencia de la India en 1947.

El legado de la era colonial en la India es complejo y profundo. A pesar de los aspectos negativos, como la explotación y la división religiosa, la colonización también trajo avances tecnológicos y educativos. La India independiente heredó una rica diversidad cultural y una fuerte tradición democrática. Esta ha influido en su desarrollo político y social. La era colonial sigue siendo un tema importante en la historia y la identidad de la India. Esta nación se esforzó por superar los desafíos heredados y construir una sociedad independiente y democrática.

La independencia de la India

La independencia de la India, se logró el 15 de agosto de 1947. Marcó un hito histórico en la lucha por la autodeterminación y la liberación del yugo colonial británico. El movimiento de independencia fue liderado por una variedad de figuras prominentes. Mahatma Gandhi fue uno de los líderes más destacados. La estrategia de resistencia no violenta de Gandhi, conocida como Satyagraha, desempeñó un papel crucial en la lucha. A través de boicots, marchas y actos de desobediencia civil pacífica, los indios protestaron contra el régimen colonial británico. Demandaron su derecho a la independencia.

La independencia de la India también fue un momento de gran trascendencia. La partición del subcontinente en dos naciones independientes: India y Pakistán. Esta división se basó en diferencias religiosas. Ya que India era predominantemente hindú y Pakistán fue creado como un hogar para los musulmanes. Sin embargo, la partición también resultó en un trauma humano considerable. Hubo migraciones masivas de personas y conflictos sectarios que llevaron a la violencia y la pérdida de vidas. La independencia marcó el comienzo de una nueva era.

La India buscó forjar su propio destino como una república democrática y secular. Jawaharlal Nehru, el primer Primer Ministro de la India, estableció las bases para una India moderna y socialista. La Constitución de la India, fue promulgada en 1950, estableció los principios de democracia y pluralismo. Estos siguen siendo fundamentales para la nación hasta el día de hoy.

El legado de la independencia de la India trasciende las fronteras del país. Inspiró a otros movimientos de liberación en todo el mundo y solidificó la posición de la India. Una voz líder en la lucha contra el colonialismo y la opresión. La independencia también dejó una herencia duradera de valores como la justicia, la igualdad y la no violencia personificados por Mahatma Gandhi. En la actualidad, el Día de la Independencia de la India se celebra con orgullo y fervor patriótico en todo el país. Se recuerda la lucha y el sacrificio de aquellos que lucharon por la libertad y la autodeterminación.

La India independiente

Desde su independencia en 1947, la India ha experimentado una profunda transformación en múltiples ámbitos. Políticamente, se convirtió en una república democrática y secular con una constitución que garantiza la igualdad y los derechos fundamentales. A lo largo de las décadas, la India ha mantenido un sistema democrático vibrante. Con elecciones regulares y una alternancia pacífica en el poder, lo que la convierte en la democracia más grande del mundo.

En términos económicos, la India ha experimentado un crecimiento constante. Especialmente a partir de las reformas económicas de la década de 1990 que liberalizaron la economía y promovieron la inversión extranjera. Sectores como la tecnología de la información, la farmacéutica y los servicios empresariales se expandieron rápidamente, contribuyendo al crecimiento económico. Sin embargo, a pesar de estos logros, persisten desafíos importantes, como la pobreza, la desigualdad y la falta de acceso a servicios básicos para una parte significativa de la población.

La India también se destaca por su diversidad cultural y religiosa. Con una variedad de lenguas, religiones y tradiciones, la India ha enriquecido su identidad nacional. Pero también ha enfrentado desafíos como conflictos religiosos y tensiones culturales en algunos momentos. Además, se enfrenta a problemas sociales, como la discriminación de género y el acceso desigual a la educación y la atención médica. A pesar de estos desafíos, la India ha logrado avances notables en áreas como la tecnología, la ciencia y la investigación, y su influencia global continúa creciendo.

En resumen, la India desde su independencia ha experimentado un viaje de desarrollo político, económico y social. Sigue desempeñando un papel importante en la escena mundial. Su camino hacia el futuro se centra en abordar las desigualdades y lograr un desarrollo inclusivo y sostenible para todos sus ciudadanos.

La historia de la India es una historia de civilizaciones milenarias que han dejado un legado cultural y religioso.

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